No hay mejor batalla que aquella cuando Jesucristo es tu ejercito, no hay mejor victoria que aquella que logras de rodilla. En el proceso se podra sentir dolor pues de el te fortaleces,podra venir sufrimiento pero por el Jesucristo te consuela. Y cuando tomamos nuestra propia desicion sin confirmacion de Dios y nos equivocamos, Dios lo permite por que confia en tu capasidad para tomar tus propias desiciones y no te reprocha. Cuando veas que nada te a salido como querias. Date cuenta que te quitastes la armadura de guerra. Solo parate en la brecha y revistete de gloria, mira al cielo y empiesa de nuevo. Dios tiene un proposito,solo tienes que descubrirlo.
Salmos 23:5 Aderezarás mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores: Ungiste mi cabeza con aceite: mi copa está rebosando.
Dios te bendiga mucho
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(27 de Julio de 2015)
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