Lectura:
Jeremías 20:7-11
El día en que aceptamos al Señor sucedieron muchas cosas hermosas.
Pero, al pasar el tiempo, comienzan a aparecer en el camino una serie de dificultades.
Y cuando el creyente no está andando en el Espíritu, comienza a achacarle la culpa de sus problemas a todo el mundo. (Y todo lo justifican diciendo, Dios a visto mis lagrimas)....
Pero las dificultades que te han llegado no son culpa de los que te rodean sino que son enredos y líos de uno mismo, los cuales uno tiene que enfrentar.
Por naturaleza, el ser humano tiende a buscar desprenderse de los problemas y salir huyendo.
Pero eso lo hace el simple, el común. El cristiano que quiere luchar, el que es verdadero siervo de Dios, sabe que la vida es toda una lucha y para nada buscará la salida fácil ni escapará huyendo como un cobarde. Ese cristiano sabe muy bien que hay que enfrentar con valentía los problemas para obtener la victoria y luego reírse.
Es muy natural que con las tribulaciones se turbe el alma. Cuando nuestra alma se desespera, se turba y se aturde.
Salmo 116: 7
Un creyente no puede hablar con peso si lo hace de acuerdo a como siente su alma. Porque el alma es frágil y voluntariosa. A un cristiano que lo gobierna el alma y los sentimientos, los problemas no le harán apegarse más a Dios.
Pero, el creyente que ve a Dios por encima de lo que le dice su alma y sentimientos, buscará apegarse más al que lo puede librar.
¿Cómo bregas tú con tu alma?
¿Tus dificultades te ponen triste, te turban, te sacan de carrera, te sacan del buen camino de tu Dios?
Para muchos, las dificultades los sacan del Camino, los sacan de Dios. Pero, el profeta Jeremías obtuvo victoria en la dificultad.
Según ⇨Jeremías 20:7-11,
Todo lo que le rodeaba al profeta era destrucción y desesperación. Decía,
→...."cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí.”
Pero, en medio de la lucha no pueden prevalecer la fatiga ni el cansancio.
Tal vez una lucha te hace estar un poco corto de respiración, pero, el cansancio y el abatimiento no pueden estar.
Estamos en pie hasta hoy porque la mano fiel y poderosa del Señor es la que nos ha abierto el camino.
Jeremías 20: 11
Cuando más grande vemos a Dios, mayor es nuestra confianza.
Dios está muy claro y seguro del propósito que tiene conmigo y contigo.
Yo estoy muy claro y muy seguro con eso...
Quizás el que no esta claro y seguro eres tú.
Los propósitos de Dios y su llamado nos marcan la vida para siempre.
→Dios trata con el hombre violentamente, poderosa es su mano para con el que llama.
En el Cáp. 1:6-7 vemos: cuando Jehová llamó a Jeremías. A veces nos parecemos a él, pues como todos los hombres, también tenemos grandes limitaciones.
Nos parece que somos grandes y sabios y de momento sale lo vulnerable que somos.
Por eso Jeremías le dijo a Dios cuando fue llamado:
⇨“¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. (¡Tengo limitaciones!)”
Jeremías dice:
“No sé hablar, (¿Quién va a creer en mi?)”
⇨Moisés también le había dicho al Señor: "No sé hablar.” Y Jehová le dijo en respuesta a Jeremías: “No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú...” No hay nada que discutir ni preguntar, Jehová dijo: “Tú iras... y punto.”
⇨Iglesia, nosotros estamos aquí porque Jehová dijo:“Tu irás.” Es fácil excusarnos y decir, “Soy un niño, no sé que hablar o que decir,
→¿Cómo abriré una iglesia en las casas? ¿A quién le enseñaré?, etc.”
Pero, ya vimos, Dios nos manda, nos respalda como un gigante, así que tenemos que vivir una vida de confianza en Dios. Lo que sea nuestra debilidad, dolor, pequeñez, no nos puede hacer fracasar, porque ahí precisamente, es donde Dios se hace grande!
2 Corintios 12: 9,10
Jeremías 20: 7 dice,
⇨“Me sedujiste, Oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido, cada cual se burla de mí.”
Nos molesta que se burlen de nosotros. Pero, ¿sabes?
Tu y yo tenemos que comer burla aunque no querramos. Y aunque se asfixie nuestra alma, Dios nos seduce para que le busquemos y continuemos en su llamado y propósitos.
Yo mismo e sido burla de alguien, es mas de alguien que es muy especial para mi, que levanta calumnias ofensivas contra mi, y duele. Pero duele mas cuando es una persona que conoce a Dios y dice albarle, pero de labios por que sus actos estan muy fuera del entorno de Dios, pero yo seguire orando...por que yo se que el que me llamo, tambien me respaldará
¿Crees tú que sale de nosotros el buscar a Dios?
Estamos hoy delante de su presencia porque Él nos seduce y pone nuestro corazón ardiente, lo pone a latir con fuerza para buscarlo y sentirlo cerca. Cuando dejas que Jehová te seduzca, Él se hará grande y se hará para ti el Gran Yo Soy.
¿Quién le puede llevar la contraria?
Jehová nos convence para su llamado y comienza a abrir puertas para nosotros. Claro, que de ahí comenzarán a llegar las burlas, el odio y mal de otros, pero, eso no nos detendrá. A mi no me dentendra, al contrario...me dá mayor fuerzas para continuar.
→Vers. 8▁Es necesario que empecemos a vivir lo que vivió Jeremías, que nos movamos a compasión, que comencemos a movernos Iglesia, a lo que es la voluntad de Dios. Gritaba Jeremías como un loco por todas las calles. Lo que ha evitado que nos pase nada malo son los gritos míos, las voces mías, el clamor, el gemir, la búsqueda y mi lucha todos los días. A jeremías le volvía loco lo que iba a venir, porque el hombre de Dios sabe lo que va a venir. Mi hermano, busca tú también conocer lo que Jehová hará. El profeta gritaba a ver si alguien oía y se arrepentía, pero no fue así. Fueron tantas las humillaciones que este hombre tuvo, que dijo, “No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre...” Trató de negarse a hablar en nombre del Señor, pero no pudo, ¡PORQUE EL FUEGO DE JEHOVÁ ARDÍA EN SU CORAZÓN!
→Vers. 9▁Un fuego violento que quema estaba en el corazón de Jeremías.
¿Cómo hemos de dejar lo que Jehová nos ha puesto a hacer?
No son los que nos traicionan o quisieran matarnos, sino que de Dios hay un fuego en el corazón y está metido dentro de nuestros huesos.
No son las circunstancias, ni los hermanos, sino que es el mismo Jehová quien nos quema por dentro y está bregando en nosotros.
⇨Dios nos ha llamado y ese fuego tiene que estar encendido.
Aunque tratemos de guardar silencio, tenemos que hablar.
¿Sabes como ardía el corazón de Jesús al morir por ti y por mí?
→Vers. 10▁Todos amenazaban a Jeremías.
¿Te amenazan a ti? Tienes temor de los que te asustan, de la situación económica, etc.?
A todos aquellos que se levantan a hacer venganza tropezarán en sus propios pies.
¿Por qué, no hablar lo que Dios quiere?
⇨“Serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada.”
Crezcamos en confianza,
→Vers. 11▁“Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante.”
Él sale a nuestro favor. Los peligros parecen ser el pan nuestro, pero Jehová está conmigo.
Concluyo:
Algo Él pretende de mí y es que en mi corazón halla una llama, un fuego en mis huesos, que esté metido en la voluntad de Dios, y TU....que lo ames a Él, que le amemos más que a nuestras vidas. Dios va a vindicar la causa que Él te ha encomendado y el enemigo tropezará por sus propios pies.
Entonces,
¿Por qué preocuparse?
Hagamos lo que nos corresponde hacer, que nadie apague sus propósitos en nosotros.
Temamos más a Jehová que lo que tememos al hombre y corramos en confianza la carrera de lo que es nuestro llamado.
Porque para lo que Él me llamó
¡ÉL HARÁ! AMEN
Dios te bendiga, en su infinito amor. 👏
💒PRO/PR2016©📡📲
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(Martez,12 de Enero de 2016)
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