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jueves, 12 de enero de 2017

551-¿Eres un cristiano en santidad?


Santidad se desprende de santificar  y purificar algo para apartar a un único uso divino y no profano, en el AT se usa del hebreo gadosh que da la idea de estar limpio, moralmente consagrado y dedicado para Dios: en el NT del griego hagios que se traduce como algo sagrado y consagrado para un uso santo. Aplicándolo a la vida del cristiano, Dios nos llama a vivir, convivir y movernos con pureza e integridad porque Cristo nos ha limpiado de pecado y culpa, por lo tanto somos responsables de mostrar un estilo de vida moralmente irreprensible, físicamente limpios y espiritualmente consagrados para Aquel que nos salvó y nos dio vida eterna en Él.

La santidad es un mandato de Dios para todos sus hijos porque sin santidad será imposible verlo; ser santos es vivir en esta vida apartados para Dios, muertos a los deseos pecaminosos del cuerpo y limpios de intenciones en el corazón y la mente, porque dichos y felices son los de limpio corazón, porque ellos podrán ver a Dios, Mateo 5:8. No hemos sido quitados del mundo, sino que seguimos en el mundo guardados del mal y separados del reino de la tinieblas, para vivir en el reino de la luz en Cristo Jesús, Juan 17:15, esa fue la oración de Cristo por sus discípulos.

Ser santos es vivir en Cristo, practicar su palabra y hacer todo para Dios, sólo así podemos ser santos; la compañía del Espíritu Santo nos recuerda la palabra y nos da fuerzas para ser libre de prácticas inmorales y corruptas que predominan en el sistema mundial gobernado por satanás, el príncipe de este mundo temporal, Juan 14:30.

Cuando andábamos sin Cristo seguíamos la corriente del mundo, sirviendo al príncipe de la potestad del aire, que es el que se manifiesta en los hijos desobedientes. Entre los cuales también nosotros vivimos antiguamente, presos de los deseos carnales, hacíamos nuestra propia voluntad y seguíamos nuestros propios pensamientos, por eso éramos llenos de ira igual que todo el mundo. Pero Dios que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó en su Hijo Jesús, nos resucitó de la muerte espiritual y nos ha dado vida juntamente con Cristo, somos salvos por la gracia de Dios, Efesios 2:2-5.

La santidad es un proceso progresivo que avanza mientras permanezcamos escondidos en Dios para alcanzar cada día la estatura y plenitud de Cristo, hemos sido apartados por el mismo Dios para ser su morada gloriosa de pureza e integridad, somos responsables de vivir limpios y puros hasta que Cristo regrese por nosotros o nos llame a su presencia al morir, 1 Corintios 6:19-20.

Dios nos ha dejado principios y mandatos absolutos para que vivamos un estilo de vida que a Él le resulte agradable y la acepte, pero los hombres han colocado valores relativos y reclaman derechos que contradicen la santidad y pureza de Dios y desobedecen su voluntad establecida en el Evangelio. Los principios y mandatos de Dios son estables, perfectos y eternos, nunca cambian. Si esto se acatara y se respetara, si se guardara el orden, la paz y la justicia que el Señor manda en su palabra, esta sociedad resplandecería, y no se cernirían sobre ella las tinieblas de maldad que hoy la cubren.

Así como Dios es santo y puro su palabra es clara, limpia y buena, pero los seres humanos sin Dios le han dado la espalda, se han vuelto necios y perversos acomodados a sus debilidades morbosas y oscuras que han llenado el mundo de densas tinieblas, desorden, injusticia y perversión.

Los hijos del santo Dios no necesariamente somos perfectos mientras estemos en este mundo, mantenemos una lucha continua por ser santos, enfrentamos una lucha espiritual sin cuartel para vencer el pecado en Cristo y practicando las enseñanzas de su evangelio de vida, no estamos solos en esta batalla, Así que amados, puesto que tenemos promesa grandiosas en Dios, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor reverente a Dios, 2 Corintios 7:1. 

El carácter del cristiano debe sobresalir por encima del mundo, el pecado, la tentación y la debilidad de los sentidos, para resaltar un estilo y calidad de vida limpia y consagrada a ese Dios maravilloso que no escatimó ni a su propio Hijo para salvarnos y el Hijo ruega continuamente al Padre por nuestra santidad, Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así YO los he enviado al mundo. Y por ellos YO me santifico a Mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad,  Juan 17:17. ALELUYA, YO SIENTO A DIOS...MI ALMA TE ADORA JEHOVÁ.....

1. NOS SANTIFICAMOS POR LA PALABRA. No hay métodos humanos para poder ser santo, lo único que nos puede santificar es vivir en la Palabra y permanecer en amistosa comunión con Dios, porque por la palabra de Dios y por la oración somos santificados, 1 Timoteo 4:5.

2. NOS SANTIFICAMOS POR IMITAR A CRISTO. Jesús dijo: Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de Mí que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mí yugo es fácil y ligera mi carga, Mateo 11:28-30.

Imitar a Cristo es tomar su yugo aceptando que Él nos gobierne, siendo obedientes para hacer su voluntad, porque los mandatos de Dios no son pesados ni gravosos,
1 Juan 5:3.

3. NOS SANTIFICAMOS MURIENDO A NOSOTROS MISMOS. Pórtense como escogidos de Dios, santos y amados, vístanse de afecto entrañable, sean, buenos, humildes, mansos, pacientes; sopórtense y perdónense unos a otros, si alguno tiene queja contra otro, de la misma manera que Cristo lo hizo con ustedes, Colosenses 3:12. Ser santos nos exige abandonarnos totalmente en las manos de Dios, sin reservas, negándonos a vivir complaciéndonos a nosotros mismos, muriendo al yo, crucificando el ego día a día, menguando a nosotros mismos mientras que Cristo crece en nosotros, así podremos amar a Dios por encima de todo, dando de su amor al prójimo.

La base de nuestra santificación es nuestra pertenencia a Dios, por lo tanto es nuestra obligación sujetarnos para obedecerlo, nadie puede alcanzar la santidad sin la humilde sumisión a Cristo. La santidad es una vida práctica en la verdad desechando toda mentira y engaño.

Una vida santa abandona toda vana manera de vivir, Efesios 2:3; desecha todos los viejos hábitos dominados y viciados por los pensamientos materialistas del cuerpo. Ser santos es dejar de apoyarnos en nosotros mismos y vivir en la prudencia de Dios, Proverbios 3:5-7; es vencer los impulsos de inmoralidad, impurezas, libertinaje, idolatría, hechicería, enemistadas, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, sectarismos, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y otras cosas parecidas que hacen que la ira de Dios venga sobre quienes las practican. Gálatas 5:16-21. →ALABA....

4. NOS SANTIFICAMOS VIVIENDO EN EL ESPÍRITU, Ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu, Romanos 8:1.

La santidad provee vida abundante y salvación eterna, porque si vivimos en el Espíritu y por el Espíritu de Dios, podremos mostrar su fruto de amor y pureza, solo Él provee las características divinas a nuestro corazón para vivir con trasparencia y honestidad. Con pasos firmes de santidad, sabiendo que los ojos de Dios nos observan continuamente por dentro y por fuera de nuestro ser, y si somos conscientes de esto, dejaremos de hacer hechos vergonzosos y malignos para vivir santa piadosamente haciendo sonreír y agradando el corazón inmaculado de nuestro Salvador.

Continuamente somos santificados por la Palabra, mediante la obra de Cristo, y por la obra del Espíritu Santo que continuamente nos recuerda quienes somos y para dónde vamos, lo cual nos ayuda a resistir el pecado y vivir en santidad.

La santidad es un don divino, no la podemos obtener por nuestros propios esfuerzos y buenos deseos, se expresa cuando somos salvados en Cristo y nos convertimos en templos vivientes del Espíritu Santo, sólo Dios es quien nos santifica. Ser santos no es un atributo moral inherente al ser humanos, es la esencia de la naturaleza de Dios viviendo en el creyente, Gálatas 2:20.

La santidad es el atributo único y verdadero que nos hace distintos al común del mundo y se desarrolla en nuestro ser interior con el encuentro diario cara a cara con Dios y con su palabra.

Santidad es bendecir a Dios con nuestra vida entera....

Amén
Dios les bendiga en su infinito amor
♡♡♡


PRO/PR2017©
(Viernes, 13 de Enero de 2017)
👍♡♡♡♡♡

Si no le has entregado tu vida a Nuestro Señor Jesucristo, éste es el primer paso para la salvación de tu alma y para contar con el favor de Dios en todos tus caminos.  (Entra a nuestra página=http://somoselpueblodedios7.blogspot.com/2016/12/540-te-acepto-senor.html) y con una oración simple tu vida cambiará para siempre.....
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