domingo, 5 de junio de 2016

448.2-Dios,haz me libre para adorarte

PARTE 2/3

⇨LA ESTRATEGIA

Recibe palabra de Dios.

El enemigo detesta que tu adores a Dios. Él quiere impedir que lo alabes. Por eso te va a hacer guerra en su cuerpo con enfermedades. Va a atacar tu alma con pesadez y sufrimientos. satanás va a atacar su mente con pensamientos de maldad, no sólo cuando esté despierto, sino también mientras duermes. satanas puede utilizar a otras personas que obren con maldad sobre ti para ponerte ataduras sin que te des cuanta, pero de todo esto te librara Jehová →Isaías  52:2  Sacúdete del polvo; levántate y siéntate, Jerusalem; suéltate de las ataduras de tu cuello, cautiva hija de Sión.
La batalla no es sólo personal, sino también corporativa. Los ataques pueden ser individual como tambien toda la Iglesia está en guerra.
¿Por qué se levanta esta guerra contra usted y el Cuerpo de Cristo?
En la batalla, el enemigo trata de desviar tu atención del llamado de Dios y de su visión para ti. No aparte tus ojos de Jesús. Él te va a liberar. La táctica de satanás consiste en atacarte con tanta intensidad para que tu aparte los ojos de Jesús, aunque sea por un instante.
Recuerda que no sólo fuistes llamada al ministerio; también fuistes creada para adorar a Dios. Es posible que haya estado luchando en esta guerra, sin saber realmente el porqué o con que. Tal vez te sientes como si te estuvieran distrayendo continuamente para que no adoraras a Dios como tu quisieras adorarlo. Quizá hasta se te haga difícil concentrarte en la adoración cuando llega ante el Señor, ya sea de forma corporativa con el Cuerpo de Cristo, o en tus momentos de adoración personal en tu casa. Si tu estás librando esta batalla en estos momentos, quiero que sepas que Dios te va a liberar. Él va a poner de nuevo su cántico en tu corazón. Lo mejor que Dios tiene para ti está aún en el futuro, pero primero tendremos que hacer un poco de limpieza.
La adoración se halla en el núcleo mismo de aquello para lo cual fuimos creados. Dios te diseñó a ti para que fueras una adoradora. Él no quiere que tu te limites a apartar momentos de adoración como parte de tu vida. Lo que EL quiere es que tu vida entera se convierta en una adoración dirigida a Él.
La adoración no consiste en un culto en la iglesia, ni en cantar himnos. No la dirigen los cantores ni los instrumentos. Nunca se podrá convertir en una parte de la semana, o una hora del Domingo, en las cuales tu y al igual muchos hacen una pausa en la vida para darle a Dios un tiempo y un dinero simbólicos. La adoración es el enfoque central de tu vida que todo lo consume y nunca termina. Es tu llamado como hija de Dios. Es la orientación de tu vida, que hace volver su rostro de las empresas y preocupaciones mundanas a Dios. La adoración es una vida totalmente consumida por un apasionado amor a Dios. Es una vida que besa continuamente el rostro de Dios.

→Estrategias para adorar
En la tierra de la adoración hay algunos gigantes grandes contra los cuales hay que batallar. Dios le revelará a los hombres de esos gigantes, y le dará los planes para que obtenga la victoria. Pero primero necesitamos decidir que vale la pena hacer la guerra por la adoración. Las batallas exigen gran energía y enfoque espiritual. Para salir de ellas victoriosos, no podemos entrar a ellas sin preparación. Necesitamos una estrategia para triunfar.

Nuestra estrategia comienza cuando comprendemos la clase de guerreros que somos. Pablo divide la humanidad en tres grupos: naturales, carnales y espirituales. →"Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura...En cambio el espiritual juzga todas las cosas...De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo", (1 Co 2:14-15; 3:1). Aunque los Corintios eran cristianos, no eran plenamente espirituales; no vivían en una obediencia total al Espíritu. Tampoco eran hombres naturales; gente que no conocía a Cristo. Eran cristianos carnales, que aún vivían en envidias y divisiones, como los que no son salvos.

El hombre natural. El hombre natural ha estado separado de Dios como consecuencia del pecado de Adán. No puede adorarlo, porque no tiene relación alguna con Él. Adora, pero no a Dios. Todos hemos sido creados para adorar. Hay quienes adoran a su trabajo, las personalidades del deporte, el dinero, los espectáculos, las personalidades de la televisión o alguna otra cosa. Para el hombre natural, Dios es "el que está allá arriba", pero carece de una relación personal con Él.

El hombre carnal. El hombre carnal ha sido redimido de la muerte eterna por medio de la fe en la sangre de Jesús. El Espíritu Santo ha venido a vivir en él, pero su carne, cuerpo y alma (mente, voluntad o emociones) lo gobiernan. No puede experimentar una adoración genuina, porque se halla atrapado en las cosas de este mundo. Su relación con Dios sólo es una parte más de su vida. Ha dividido el biscocho (Pastel) de su vida en tajadas concretas de diferentes tamaños. Una de las tajadas es su trabajo o sus necesidades. En muchos casos, ésta es la tajada mayor de todas. Otra puede ser el matrimonio o la necesidad de una pareja? y la familia. Otra puede ser la diversión, los pasatiempos o el descanso. Y otra es la iglesia y la adoración.

Para el hombre carnal, la adoración es algo que él hace; no algo que es. La adoración es una pequeña tajada de su vida. Tiene un lugar en la vida, pero no es la vida. Por eso, el hombre carnal adora en los cultos y en la iglesia, pero nunca adora en casa con su familia, o en el trabajo mientras labora para ganarse el sustento. O sea, que el hombre carnal considera la adoración como un deber necesario, cumplido por lo general en una o dos horas los Domingos. Pregúntele al hombre carnal: "¿Ha adorado esta semana?" Su respuesta va a ser: "Claro que sí. Fui a la iglesia el Domingo por la mañana".

El hombre espiritual. Pregúntele al hombre espiritual: "¿Ha adorado esta semana?" La respuesta va a ser muy distinta a la del hombre carnal. El hombre espiritual le va a decir: "Mi semana ha sido una adoración". Entonces, ¿quién es este hombre espiritual? El hombre espiritual es el que se somete por completo al Espíritu Santo. Es un hombre guiado por el Espíritu de Dios.

Puede adorar sin cesar, porque ha sometido su vida entera al Espíritu Santo para que la guíe. Tiene comunión de hijo con el Padre en todo cuanto hace y dice. "Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!", (Gl 4:6). Su anhelo de adorar al Padre es tan intenso el Lunes por la mañana, como el Domingo. Adora a Dios con tanta pasión en el trabajo y en su casa, como en un culto de la iglesia. En lugar de que una parte de su vida sea adoración, el hombre espiritual halla que toda su vida es adoración.

Amén
Dios te bendiga

Te invito a continuar en la siguiente parte.

Continua parte 3
⇨LAS TRAMPAS

No hay comentarios.:

Publicar un comentario