domingo, 27 de marzo de 2016

406.5-Tengo Sed...

Quinta Palabra: 
→Tengo Sed....
(Juan 19:28)

Es la expresión de un ansia de Cristo en la cruz.
Se trata, en primer término, de la sed fisiológica, uno de los mayores tormentos de los crucificados.

La palabra está tomada de los salmos 19:21; 68: 22:15 y 21:16.
→Se interpreta en sentido alegórico: la sed espiritual de Cristo de consumar la redención para la salvación de todos. Cuadra con la estructura del cuarto evangelio, y nos evoca la sed espiritual que Cristo experimentó junto al pozo de la Samaritana. 

Muestra la humanidad de Jesucristo, es un hombre real, no un fantasma sino un ser humano verdadero.

Su dolor fue tan real como el nuestro. El vinagre (Marcos 15:23) vino mezclado con cidra. Se le daba al crucificado para endrogar al penitente. Se le daba para que la pena del crucificado no fuera tan amarga. El vino ayudaría al crucificado a olvidar su dolor. Muchas personas desean escapar su dolor en las drogas y el alcohol. Cristo nos enseña otro camino: Jesús enfrentó su futuro. Ante la copa que estaba tomando, Jesús se negó a tomar el vino que se le ofrecía. 

Esta "quinta palabra" es lo más pequeño que Jesús gritó desde la cruz, pero una de las cosas más humanas y más profundas. 

La sed es algo profundamente humano y natural, tan necesario para conservar la vida tanto casi como la misma existencia de Dios que nos conserva; pero la sed de Cristo es mucho más profunda no puede ser calmada solo con agua, es la sed de que todos sus hermanos puedan tener agua y comida suficiente... es la sed de los pobres de ayer, de hoy y de siempre.  

¿Nos preocupamos de calmar la sed de nuestro pueblo?.

Uno de los más terribles tormentos de los crucificados era la sed.La deshidratación que sufrían, debido a la pérdida de sangre, era un tormento durísimo. Y Jesús, por lo que sabemos, no había bebido desde la tarde anterior.No es extraño que tuviera sed; lo extraño es que lo dijera.La sed que experimentó Jesús en la Cruz fue una sed física. Expresó en aquel momento estar necesitado de algo tan elemental como es el agua. Y pidió, “por favor”, un poco de agua, como hace cualquier enfermo o moribundo.

Jesús se hacía así solidario con todos, pequeños o grandes, sanos o enfermos, que necesitan y piden un poco de agua. Y es hermoso pensar que cualquier ayuda prestada a un moribundo, nos hace recordar que Jesús también pidió un poco de agua antes de morir. Pero no podemos olvidar el detalle que señala el Evangelista San Juan: Jesús dijo: “Tengo sed”. “Para que se cumpliera la Escritura”, dice San Juan (Jn.19,28). Jesús habló en esta quinta Palabra de “su sed”. Aquella sed que vivía El como Redentor. Jesús, en aquel momento de la Cruz, cuando está realizando la Redención de los hombres, pedía otra bebida distinta del agua o del vinagre que le dieron. Poco más de dos años antes, Jesús se había encontrado junto al pozo de Sicar con una mujer de Samaria, a la que había pedido de beber. “Dame de beber”. Pero el agua que le pedía no era la del pozo. Era la conversión de aquella mujer. Ahora, casi tres años después, San Juan que relata este pasaje, quiere hacernos ver que Jesús tiene otra clase de sed. Es como aquella sed de Samaria. “La sed del cuerpo, con ser grande es limitada". "La sed espiritual es infinita”. Jesús tenía sed de que todos recibieran la vida abundante que Él había merecido. De que no se hiciera inútil la redención. Sed de manifestarnos a Su Padre.

De que creyéramos en Su amor. De que viviéramos una profunda relación con El.

Porque todo está aquí: 
→en la relación que tenemos con Dios.
Ahora en este momento....

AMEN

DIOS LOS BENDIGA. En su infinito amor.

💒PRO/PR2016©📡📲
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(Viernes ,26 de Marzo de 2016)
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